Este invierno me agarró una fuerte inspiración culinaria, todas mis mantas últimamente están asociadas a la comida. Es que es una forma de abrigo, de sentir que te cuidan y te quieren cuando te dan un rico plato, calentito para sobreponerse al frío, no?.
Esta manta es una manta de viaje, con el tamaño ideal para que cubra al bebé y no queden kilómetros de manta arrastrándose en el piso. A quién no le pasa con algunas mantas en el cochecito o en el auto? Yo perdí una manta muy especial porque fue cayendo lentamente, enganchándose en las rueditas del cochecito...alguien más la estará disfrutando...
Así que pensamos en este modelo, más chico pero justo para la ocasión. Está hecho de trenzas en dos agujas, que le da elasticidad y agarre al huevito, y un lindo borde de azul y crudo combinado.
Y para completar el combo, no viene sola...
Le hicimos un cinturón con tira para que puedas tener la manta bien guardada mientras tu bebé no está en el auto. Se sujeta con el posa cabezas, bien práctico.
¿Y por qué se llama Raclette? Para mi pensar en las vacaciones de invierno es acordarme de Bariloche, de la nieve, el terror que le tenía al esquí, y un restaurant que se llamaba así, donde entrabas y podías comer una riquísima raclette o una fondue. ¡Qué lindo terminar el día tan calentitos después de tantooooo frío!
A los que estén por viajar! Buen viaje!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario