(Ilustración Helen Dardik)
"Había una vez una adorable niña que era querida por todo aquél que la conociera, pero sobre todo por su abuelita, y no quedaba nada que no le hubiera dado a la niña. Una vez le regaló una pequeña caperuza o gorrito de un color rojo, que le quedaba tan bien que ella nunca quería usar otra cosa, así que la empezaron a llamar Caperucita Roja."
Debo confesar que recién cuando pensé el nombre de esta manta releí el cuento de Caperucita Roja de los hermanos Grimm, aunque viendo como se desenvuelve la historia creo que nunca me la deben haber contado completa! Un horror cómo describen la forma en que sacan a Caperucita y a su abuelita de la panza del lobo.
Acostumbrados hoy en día a los dibujitos pedagógicos pero suaves, me llama la atención la crudeza de los cuentos infantiles de ayer, hoy no podría contar ese cuento tal como es a mis hijos sin imaginar una linda pesadilla a la noche. Pero bueno, eran otros tiempos...
Ahora a la manta...
Me encantó hacerla, creo que abre aún más el universo de las mantas tejidas y resuelve muchas veces esto de tener una manta y un gorrito siempre a mano, con la probabilidad de que alguno se pierda. Es abrigada y femenina (las rositas coloradas le dan ese toque).
Está muy linda la entrada y la mantita!Cómo se va a llamar la beba?
ResponderEliminarY hablando de cuentos crueles, te acordás del de la Ratita presumida que te habia regalado Dorita? jaja. Yo nunca llegaba a mostrarte la última hoja en la que el Gato se la come....